Existe un amplio debate sobre las consecuencias en términos de bienestar que están teniendo las medidas heterodoxas adoptadas por los bancos centrales a raíz de la crisis financiera global de 2008. Utilizando un modelo DSGE de tipo neo-keynesiano calibrado para datos de EE.UU., este trabajo explora los efectos de cambios en la política monetaria sobre la desigualdad de las rentas laborales de trabajadores con distinta cualificación profesional. Se demuestra que las perturbaciones monetarias de carácter expansivo aumentan la desigualdad de rentas entre los trabajadores de alta y baja cualificación. El mecanismo subyacente a este sorprendente resultado es que un recorte inesperado de los tipos de interés provoca un aumento de la demanda de inversión, el cual a su vez provoca un aumento en los salarios y tasas de empleo de la mano de obra cualificada frente a la reducción que experimentan los trabajadores menos cualificados. Ambos efectos se producen cuando el trabajo cualificado es un factor complementario del capital físico en la función de producción agregada de la economía mientras que el trabajo menos cualificado resulta ser un factor sustitutivo. A este argumento se une el hecho de que algunas fricciones en el mercado de trabajo afectan más a los trabajadores menos cualificados que a los más cualificados en presencia de fluctuaciones cíclicas. Ello agudiza el fenómeno de mayores brechas salariales y en tasas de empleo y, en consecuencia, da lugar a un mayor diferencial de rentas laborales. En relación a la actuación óptima de los bancos centrales en presencia de estos cambios distributivos, se argumenta que un objetivo de inflación estricto resulta ser la política más eficaz para estabilizar la economía.
El artículo, titulado “Monetary Policy and Inequality under Labor Market Frictions and Capital-Skill Complementarity”, está publicado en el número de Abril de 2021 del American Economic Journal: Macroeconomics.